la producción de energía es un vasto espacio y motor de desarrollo humano. En Brasil, la energía se produce a partir de fuentes hídricas, eólicas, biomasa, gas natural, petróleo y fósiles, carbón mineral, solar fotovoltaica, energía nuclear y otras fuentes, en ese orden en términos de participación productiva.

Alrededor de 46,1% de la energía producida en el país para diversos fines comerciales y residenciales proviene de fuentes renovables (el nivel mundial es de 14,2%).

Fuente de energía renovable más utilizada en Brasil, la energía hidráulica representa 61% de la generación eléctrica del país. Las inversiones requeridas en generación centralizada, generación distribuida y transmisión se estiman en R$ 365 mil millones durante los próximos 25 años.

La modernización del sector eléctrico hace uso de nuevas tecnologías como Internet de las Cosas (IoT), Machine Learning, Inteligencia Artificial y Big Data, para gestionar grandes volúmenes de datos. En esta perspectiva, existen innumerables posibilidades de inversión e innovación, considerando la gran extensión territorial de Brasil y la necesidad de llevar energía a regiones que aún están en desarrollo; así como la tendencia hacia la descarbonización de la economía abre espacios para la creación y expansión de nuevas formas de producción de energía.

De esta forma, el desarrollo de prácticas de finanzas verdes y ESG por parte de las empresas, principalmente, contribuye a la expansión de las energías renovables en el país.

Así, una matriz energética limpia exige inversiones e integración de las áreas de energía y medio ambiente y la sustentabilidad ambiental debe ser vista como una oportunidad de desarrollo socioeconómico, dinamizador de empresas y gobiernos.