El optimismo con respecto al PIB es resultado de la caída de los impactos económicos de la pandemia en marzo y abril de este año. La expectativa anterior, proyectada en marzo, era 3%.
Según la proyección de la Confederación Nacional de la Industria (CNI), la economía brasileña debería registrar un crecimiento de 4,9% este año, en comparación con 2020.
En marzo, la expectativa era de una expansión de 3%, sin embargo, según la confederación, esta revisión se dio debido a que los impactos de la segunda ola de la pandemia en la actividad productiva fueron menores a los esperados.
En vista de este escenario, se proyecta que el PIB industrial aumente en 6.9% este año, y se espera que la industria manufacturera sea 8.9% más alta que el año pasado.
Robson Braga de Andrade, presidente de CNI, explica la importancia del crecimiento de la industria por su efecto multiplicador en la generación de riqueza en el país. “La industria es el sector con mayor capacidad para impulsar el crecimiento económico. Cada R$ 1 que se produce en la industria manufacturera genera otro R$ 1,67 en la producción del conjunto de la economía, y de ese R$ 1,67 se generan R$ 0,84 en el sector servicios”, dice.
Para él, los porcentajes de crecimiento son significativos, pero 2020 fue un año con un parón muy fuerte de la actividad industrial en abril, tirando a la baja la media del año, a pesar de la rápida recuperación. “Un factor determinante para el crecimiento económico será el aumento de las inversiones”, dice Robson Andrade.
Según el economista jefe del CNI, Renato da Fonseca, los empresarios industriales tienen más confianza y mayor intención de invertir. “A pesar del aumento de las tasas de interés por parte del Banco Central, las tasas siguen siendo bajas para el estándar brasileño de los últimos años. Además, el uso de la capacidad instalada se mantiene alto, lo que sugiere la necesidad de inversiones para ampliar la producción”, dice Fonseca
La evaluación es que la política fiscal, por su parte, seguirá actuando positivamente en relación con la demanda agregada. Si bien la pauta sigue siendo la búsqueda del equilibrio fiscal, el nivel de gasto público será menor que en 2020, pero mayor que en 2019.
Aunque la industria se encuentra en la fase de recuperación, todavía muestra signos de dificultad. La industria manufacturera brasileña ha visto disminuir su producción, en términos reales, en los últimos diez años, principalmente debido a los factores que componen el Costo Brasil. De 2010 a 2020, el valor agregado de la industria manufacturera disminuyó en promedio 1.6% por año. Como resultado, el PIB de Brasil creció solo 0,3% por año.
Su crecimiento e impulso en la economía brasileña depende de la aprobación de un reforma fiscal amplio, basado en un impuesto al valor agregado, que elimina distorsiones en el sistema tributario brasileño. El modelo actual genera distorsiones en los precios relativos de la economía, lo que desincentiva a los sectores industriales, especialmente a los de larga cadena productiva.