Según la estimación del Hydrogen Council, considerando solo los proyectos a gran escala en el sector del hidrógeno anunciados a partir de 2021, se prevé que las inversiones alcancen los US$ 500 mil millones para 2030.
El mapeo es parte del estudio. Hidrógeno Sostenible: Perspectivas para la Industria Brasileña, realizado por la Confederación Nacional de Industrias (CNI).
La encuesta realizada por el CNI identifica dos modalidades de producción sostenible de hidrógeno apto para su uso en el sector industrial: el hidrógeno verde, producido a partir de fuentes renovables, como la solar y la eólica sin emisión de gases de efecto invernadero, y el hidrógeno azul, obtenido a partir del gas natural y con emisiones reducidas a través de tecnología de captura y almacenamiento de carbono.
Robson Braga de Andrade, presidente de CNI, destaca la consolidación de Brasil como productor de hidrógeno con potencial para generar empleos, atraer nuevas tecnologías e inversiones y desarrollar modelos de negocios, además de insertar al país en una posición relevante en la cadena global de valor . Lo cual puede alterar positivamente la balanza comercial del país.
La Confederación destaca que el desarrollo de este tipo de soluciones en el país depende de medidas estructurales, entre ellas la elaboración de una política industrial que promueva la producción de equipos y la prestación de servicios, con incentivos fiscales para la descarbonización de los sectores, contribuyendo a la economía desarrollo sostenible.
Según el CNI, entre las ramas que más se beneficiarían de la utilización inmediata de la producción sostenible de hidrógeno se encuentran los sectores industriales de refino y fertilizantes, ya que son grandes consumidores de esta materia prima. En el caso de ramas como siderurgia, metalurgia, cemento y cerámica, la adopción sería en el corto y mediano plazo.
La investigación también destaca que, además de surgir como una oportunidad para descarbonizar la industria nacional, el hidrógeno verde también podría exportarse, especialmente a Europa.
Entre los socios potenciales de Brasil en este negocio se encuentra Alemania, que ha realizado acuerdos con varios países para la compra de hidrógeno sostenible para uso final y la modernización de su sistema de producción. A cambio, el país vendería o transferiría tecnología de producción alemana.