El pasado viernes (28), la entrevista con el Director de Operaciones de GAC Brasil, Rodrigo Miranda, en Revista DCI.
El informe que aborda la falta de conocimiento sobre la aptitud para los beneficios fiscales de la Lei do Bem por parte de la mayoría de las empresas que invierten en I+D para mejorar un producto en Brasil, fue ampliamente destacado, siendo publicado como titular principal en la portada, dentro del impreso y en línea
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La solución de cambio de sabor o empaque simple le da derecho al incentivo si se hace internamente. FOTOGRAFÍA:TIEMPO DE SUEÑOS
La falta de conocimiento desalienta a las empresas a colocar sus inversiones en investigación y desarrollo dentro del ámbito de la Lei do Bem. Según el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Innovación y Comunicaciones (MCTIC), menos de 1% de las 300 mil empresas elegibles para los incentivos lo hacen.
Sin embargo, el especialista recuerda que cuando la empresa simplemente compra una máquina desarrollada en el extranjero y, con ello, aumenta su productividad o mejora un producto, no se considera investigación y desarrollo a los efectos de obtener el beneficio. “Instalar en la fábrica algo que se hace en el extranjero no es suficiente. La legislación premia el esfuerzo interno”, explica.La semana pasada, el MCTIC divulgó datos sobre el uso de la Lei do Bem. Se promovieron R$ 10 mil millones en investigación con 1.500 empresas que presentaron más de 10.000 proyectos para el uso de beneficios fiscales. El número representa solo el 0,4% del total de empresas que calculan los impuestos con base en los ingresos reales y pueden beneficiarse del incentivo fiscal.
Inauguración
Para Miranda, uno de los problemas de la limitación por régimen es que quienes calculan para el beneficio real suelen ser las grandes empresas. Conocidas por sus modelos de negocios innovadores, las nuevas empresas estarían fuera de esta categoría. “La exigencia de utilidad real con utilidad fiscal en el año de cómputo es un obstáculo. Le quita a muchas empresas que serían usuarios potenciales de ese crédito, como las nuevas empresas. Las empresas medianas tienen mucha inversión, pero no les vale la pena”, enfatiza la consultora.
Mabel Alvarado señala que existe una alternativa a este problema, que es una empresa grande que hace una adquisición de tecnología incorporando la innovación de una startup. “No es una simple operación de fusión y adquisición, hay que adquirir capacidad técnica y Saber cómo, dejándolo claro en el contrato”, comenta.
El experto señala que lo más importante es que más empresas conozcan la ley y a qué proyectos se aplica. “El rendimiento promedio es 20% sobre la cantidad invertida en investigación. Si la empresa gasta R$ 1 millón, tendrá que pagar alrededor de R$ 200 mil menos en impuestos”. Ella señala que incluso en grandes sectores como el petróleo y el gas, que tienen montos obligatorios de inversión en investigación, las empresas a menudo no hacen uso de la ley. /Ricardo Casarín colaboró
Fuente: Revista DCI